Filippo Sorcinelli, conocido mundialmente como “el sastre del papa”, no solo ha dejado huella en la alta costura sacra, sino también en la historia moderna del arte litúrgico con una vida que combina espiritualidad, creatividad y rebeldía.
Nacido en 1974 en Italia, Sorcinelli quedó fascinado desde niño por la belleza de la Iglesia Católica. “Recuerdo haber visto las pinturas en la pared, las estatuas, los armarios separados para las vestimentas”, contó en una entrevista con Air Mail, en la que explicó cómo esa experiencia marcó el inicio de su vocación artística y espiritual.
Fundador del Atelier LAVS (Laboratorio Atelier Vesti Sacre), Sorcinelli ha confeccionado ornamentos, muebles y accesorios litúrgicos para múltiples celebraciones religiosas, incluyendo vestimentas para los papas Benedicto XVI y Francisco. Su primera obra papal fue en 2008, cuando diseñó una pieza para Benedicto XVI. Desde entonces, ha creado más de 50 vestimentas para el Vaticano.




Con el papa Francisco, su colaboración comenzó con la misa inaugural en la Capilla Sixtina. Desde entonces, ha diseñado más de 20 prendas para él, todas caracterizadas por su simplicidad, liviandad y un sentido de austeridad que se alinea con el estilo del pontífice argentino.
Pero Sorcinelli no solo viste al papa: también propone una nueva forma de vivir la fe. Sus prendas involucran los cinco sentidos. Además de ser visualmente majestuosas y táctilmente ricas, muchas de ellas están impregnadas con un aroma a incienso, diseñado para evocar memorias espirituales profundas