La muerte del papa Francisco ha dejado un profundo vacío no solo en el Vaticano, sino también en toda la Iglesia católica, particularmente en América Latina, donde su figura fue símbolo de cercanía, humildad y compromiso social. En Colombia, su partida ha generado incertidumbre entre fieles y líderes religiosos, especialmente frente a la pregunta que hoy resuena en toda la comunidad católica: ¿quién será su sucesor?
El pontífice argentino Jorge Mario Bergoglio falleció la noche del 20 de abril en el Vaticano, pocas horas después de haber cerrado una emotiva Semana Santa. Con su partida, se activa el proceso de sede vacante y se prepara el cónclave en el que los cardenales menores de 80 años elegirán al nuevo líder de la Iglesia católica.
En Colombia, hay una atención especial en este proceso. El cardenal Luis José Rueda Aparicio, actual arzobispo de Bogotá, será el único colombiano con derecho a voto en el próximo cónclave. Rueda forma parte del Colegio Cardenalicio y es uno de los tres cardenales vivos en el país, pero el único en condiciones de participar por edad.
Aunque aún es temprano para hacer afirmaciones, no se descarta que el próximo papa pueda ser nuevamente de América Latina, región que ha ganado mayor protagonismo en el escenario eclesial mundial desde el papado de Francisco. Algunos analistas señalan que, si bien Europa sigue teniendo gran peso en la elección papal, los desafíos pastorales y sociales que enfrenta América Latina podrían influir en la elección de un sucesor con visión cercana a esta realidad.
“El papa Francisco dejó una huella muy fuerte en América Latina. Fue un papa que habló nuestro idioma —literal y espiritualmente—. Es natural que haya expectativas de que su sucesor mantenga ese enfoque”, comentó una fuente cercana a la Conferencia Episcopal de Colombia.