Al menos 69 personas perdieron la vida tras un fuerte terremoto de magnitud 6,9 que sacudió el centro de Filipinas la noche del martes, según confirmaron este miércoles autoridades de gestión de desastres. La isla de Cebú, en especial la ciudad de Bogo, fue la más afectada por el movimiento telúrico.
En el Hospital Provincial de Cebú, decenas de heridos entre ellos niños y adultos eran atendidos en camas improvisadas bajo carpas azules instaladas en el exterior, ante el temor de nuevas réplicas. Periodistas internacionales presentes en el lugar reportaron la salida de cadáveres en bolsas negras trasladados hacia las morgues locales.
El Servicio Geológico de Estados Unidos informó que el epicentro del sismo se localizó en el norte de la isla de Cebú, cerca de Bogo, una ciudad de unos 90.000 habitantes. En esta localidad se reportaron al menos 30 víctimas mortales y 186 heridos, mientras que otras 39 personas fallecieron en municipios cercanos.
Historias de supervivencia también emergen en medio de la tragedia. Richard Guion, de 39 años, relató cómo fue rescatado junto a su esposa quien sufrió una fractura en el pie tras quedar atrapados bajo los escombros de su vivienda. Su hijo adolescente logró salir ileso. “Cuando el cemento colapsó, lo llamé. Estoy agradecido de que no me hiciera caso cuando le pedí que se fuera a dormir temprano”, contó conmovido.
Las imágenes compartidas por residentes en redes sociales muestran la magnitud del desastre: lámparas balanceándose violentamente y el colapso del campanario de un templo católico en la isla de Bantayan.
